14 sept 2012

Madagascar 3: de marcha por Europa

Por mucho que te guste el cine a veces en la vida el cuerpo te pide un poco de relax y una película que evite darle al coco, y el verano es experto en llenar las salas de nuestros cines con este tipo de películas. Así fue como me decidí a ver la tercera parte de Madagascar, película de la que renegué bastante en un primer momento porque, aunque la primera parte de esta trilogía me gustó mucho en su momento, la segunda ya, en mi opinión, flojeó un poquito, y la tercera, según la lógica, tenía que dar bastante cosica, me salió del cuerpo (vaya usted a saber cómo) querer verla, y sí, la vi. La vi y me di la razón de que daba bastante cosica.

El cuarteto protagonista de Madagascar está compuesto por cuatro amigos y animales todos ellos, a saber un león, una hipopótama, un zebro y un jirafo, que un día decidieron abandonar el zoo de Central Park, donde habían vivido de toda la vida, para conocer mundo, y aparecieron en Madagascar, de ahí el título de las películas. Como dije anteriormente, mientras la primera parte de la trilogía es bastante divertida y los personajes, quizás porque es la primera vez que los vemos, hacen más gracia, la segunda, que también era bastante digna, ya se le notaba un puntito de ya no soy tan original y esta tercera, en la que los cuatro amigos animales deciden seguir a los pingüinos hasta Europa con vistas siempre a volver a Central Park, el lugar que consideran su hogar, me ha parecido un poco mierdera.

Como bien reza el título de esta película, los animalicos llegan a Europa con vistas de encontrar, desde este nuestro continente, una forma mejor y más rápida de llegar a Nueva York, pero una serie de enredos, como es muy lógico, les complica el viaje y acaban enrolados en un circo, creando así un nuevo plan: que el circo sea contratado por algún estadounidense y una vez en su país, ingeniárselas por llegar a Central Park.


Es muy difícil decidir qué es lo peor de la película, porque yo creo que la película tiene un nivel a la altura del "peor", de la cual destacan pocas cosas buenas. Para empezar, esta tercera parte me resulta muy simplona a todos los niveles. Los nuevos personajes no molan, los nuevos malos son bastante reguleros, los gags chirrían un poquito y un largo etcétera. Por otra parte, tampoco es que me haya resultado la película más entretenida del mundo, llegando en algunos momentos a aburrirme o simplemente a dejar de interesarme. Para terminar, Madagascar siempre fue una película sobre la amistad, y en esta película no hay una pizca de aquella unión fraternal entre los animalicos, a cambio de que nos muestran una cutrísima historia de amor.

Igual me arriesgo al decir que esta es una película que gustará más si la ves bajo los efectos de alguna droga, porque lo único realmente guay que tiene es que de repente salen un montón de colorindinguis y todo es música, diversión y color. Si a mí me hipnotizó sin ser yo de echarle droja al colacao, supongo que al que venga contento de casa le tiene que resultar lo más de lo más.

Total, que a mí no me ha gustado nada. Que lo bonito que tenía esta franquicia se ha perdido por completo en esta tercera parte, junto con la personalidad de sus animales protagonistas, y que esto no es más que un espectáculo de marcha, marcha, sin mucha miga. Por eso yo le doy un ojete de dromedario y me quedo tan a gusto.

1 comentario:

  1. Rayos, pues a mí la primera no me dio lo mío, la segunda me pareció un poco mejor y la tercera la mejor de todas con diferencia, aunque sólo sea por la historia del león pasando por los aros.

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