24 ago 2010

28 semanas después

¿Después de qué? Se preguntarán algunos. Bueno, no sé si recordáis que no hace mucho hablamos por aquí de la película 28 días después, una de las películas de zombies más famosas de la última década. En esa película se cuenta cómo un grupo de ecologistas libera a unos monicos que estaban siendo utilizados para experimentos científicos. Pero esos monicos estaban un poco infectados, lo que provocó una epidemia en la ciudad de Londres de tal magnitud que, veintiocho días después, ya prácticamente no quedaba nadie vivo. Eso se nos cuenta en la primera película. En esta segunda vamos a saber qué ocurre veintiocho semanas después de que aquello pasase.

Al parecer, la epidemia ha devastado Londres y allí ya no queda nadie. El ejército de EEUU se ha hecho con la organización del lugar y va haciendo llegar, poco a poco, grupos de repatriados que huyeron del país o sobrevivieron al ataque zombie. Esta vez los protagonistas son una familia que se reencuentra en Londres. El padre había logrado sobrevivir por su cuenta en Inglaterra, pero sus hijos habían estado todo ese tiempo fuera del país y ahora volvían a casa para reencontrarse con su familia.

Pero claro, en una película de zombies, no todo podía ser bonito y feliz, y aunque el ejército había exterminado a todos los infectados, siempre queda alguno por ahí, y más en las películas, y ese uno que queda por ahí logra volver a transmitir el virus de la locura zombie, aunque de una manera mucho más bonita, y así se vuelve a sembrar el caos en Londres.


Esta segunda parte es mucho más zombie que la primera, me parece a mí. Hay mucha más acción, muchos más ataques, pero eso hace que la proporción en cuanto a historia o argumento sea inversa. Al gastar más tiempo en escenas repugnantes en las que se muestra cómo montones y montones de personas mueren a manos de los zombies o del ejército de EEUU, queda menos para profundizar en la historia que se está contando y que sería el hilo conductor de la película. Eso da como resultado una película más ágil pero menos profunda. Que no estoy diciendo que una película de zombies tenga que tratar temas trascendentales, pero siempre viene bien conocer por dentro a los personajes y reforzar la acción con algo de drama, que al fin y al cabo está muriendo gente, y eso creo que es el fallo más gordo en esta segunda parte.

No obstante, la acción de la película está muy cuidada y muy bien rodada. Fresnadillo, el director, reafirma el estilo de realización que ya será característico en las películas de zombies o en las películas con persecuciones terroríficas: mete muchos planos por minuto y confunde al espectador para hacerle entender cómo veríamos nosotros un ataque zombie desde dentro. Decían que el movimiento de cámara de Rec mareaba al espectador. A mí nunca me mareó, ni viendo la película en el cine ni en mi casa. Sin embargo, este modo de realización tan agitado y frenético de 28 semanas después sí consigue ponerme la cabeza un poco loca.

Además, a esta película hay que concederle muchas licencias. Nos presenta una historia de zombies totalmente realista, y realmente consigue hacerte creer que el ataque puede ser posible, pero luego falla en el modo de resolver las situaciones más cotidianas, y de este modo, el espectador se tiene que tragar sucesos bastante imposibles como reencuentros fortuitos, distancias insalvables o gases que matan a unos sí y a otros no según nos venga mejor para la historia. Por otro lado, el final también es otro de los grandes errores de esta película. Resuelve el argumento principal de una forma bastante... rara y conveniente y luego nos abre una nueva historia a modo de continuará, que, por cierto, espero que no continúe.

Toda la originalidad que presentaba la primera parte se ha perdido en esta segunda, que lo único a lo que ha llegado es a ser una película meramente entretenida que no aporta nada nuevo. Lo único destacable es el trabajo de realización y también la banda sonora, muy bien elegida y muy bien colocada en la película. Y como esta historia nació gracias a unos monetes, para que el todo salga redondo la voy a calificar con un ojete de monico, pero, dado el caso, de monico zombie.

3 comentarios:

  1. No me gusta ser quisquilloso, pero las películas de 28 días/semanas después... No son de zombis por el simple hecho que los atacantes no están muertos. Son infectados. Antecedentes de películas de infectados rabiosos tenemos películas como Rabia de David Cronenberg o The Crazies de George A. Romero, de la cual han hecho un remake hace nada.

    Y, de nuevo, aquellos que quieran saber de dónde surgió la mitad de la película 28 días después les recomiendo que lean El día de los Trífidos de John Wyndham.

    Oh, hace no mucho se anunció 28 meses después que no anuncia nada bueno.

    Para pelis de zombis curiosas les invito a leer mi blog: el cinéfago de la laguna negra. (Perdón por la descarada publicidad).

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  2. lo del stallone es un gusto adquirido, como las anchoas, pero lo bueno del cinéfago es que tiene sitio pa tó, para lo terrenal y lo divino.

    Y mucho kitsch, camp y trash :D

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  3. Pues fíjate, en lo de que no aporta nada nuevo, no estoy de acuerdo. Me parece que aporta un subtexto político muy interesante y muy logrado, que me saltó a la vista ya la primera vez que la vi. Me explico: cuando los soldados se ponen a disparar a troche y moche contra la población, incapaces de distinguir lo que es un infectado de lo que es un civil inocente, me recordó a algunos episodios de la invasión estadounidense a Iraq.

    Aparte de eso, estoy de acuerdo contigo en que la peli entretiene y poco más. Pero bueno, a mí me consiguió dar bastante cosica, y eso es de lo que más valoro en una peli de miedo, la verdad.

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